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lunes, 11 de febrero de 2013


Cuento " No hay mal que por bien no venga, la historia de un Rey y su amigo el visir".Idea de Diana Anesteva

Cherny: estas Navidades tuve la suerte de poder ir a Sofia (Bulgaria) por temas de trabajo y allí pude volver a ver a mi amiga Diana, que aunque vivió bastante tiempo en España, ha vuelto a su país. En la cena me contó este cuento y me gustó tanto, que le pedí que me lo mandara escrito para poder contárselo a mis hijos. Ahora lo compartimos aquí.

“En tiempos lejanos, vivía un Rey en un gran castillo. Su mejor amigo era el visir, su consejero, y confiaba plenamente en él.

Su amigo el visir tenía una costumbre y siempre que pasaba algo malo, siempre decía: “No hay mal que por bien no venga.”

Un día el Rey y el visir se fueron a cazar y al llegar al bosque se separaron. El visir disparó contra un animal (bueno o eso creía el), pero en realidad había disparado sin querer al rey y como consecuencia, el Rey había perdido el dedo meñique.

El rey se enfadó muchísimo e hizo llamar al visir. Mientras le esperaba se dijo a sí mismo: “Me ha cortado el dedo, a ver qué dice en su defensa!. Le quiero mucho, pero si esta vez dice que no hay mal que por bien no venga, le voy a encarcelar!”.

Cuando entró por fin el visir, el rey le dijo: “ ¿Que ha pasado?.  ¿Como has podido cortarme el dedo?. ¿Qué voy a hacer ahora sin dedo?. Tu sabes que eres mi mejor amigo y yo confió en ti, pero ¿porque me has hecho esto?.”

El Visir le contesto:  “Mi querido Rey, sabes que te quiero mucho y nunca te haría daño!. Lo que pasó en el bosque ha sido un accidente. Si pudiera volver atrás en el tiempo, no iría a cazar, para evitar la posibilidad de hacerte daño. Pero no puedo. Perdóname, pero si ha pasado esto, seguro que será por una buena razón. No hay mal por bien que no venga.”

El Rey se enfadó tanto con esta respuesta, que encarceló enseguida el Visir.

Pasaron unos meses. El rey tenía que hacer un viaje por mar. En el viajé tuvieron una tormenta tremenda que hundió el barco y la mitad del séquito del rey se ahogó. Los supervivientes se fueron nadando a una isla cercana. Pero cuando tocaron tierra, comenzaron a salir caníbales de detrás de los arbustos y las palmeras y les capturaron a todos, incluido a rey. Les encarcelaron y cada día que pasaba se comían a uno de ellos.

Como vieron que el Rey el jefe, le dejaron para el final  y prepararon una fiesta especial “en su honor”. Pero la tribu tenía una costumbre y no comían nada que estuviera en mal estado o defectuoso. Y cuando llegó el momento de comerse al Rey, se dieron cuenta que le faltaba el dedo meñique. Así que como estaba defectuoso, le pusieron en una barca y lo dejaron en el mar. Pronto apareció un barco en la lejanía y le recogió. El Rey no podía creer la suerte que había tenido.

Cuando por fin llegó a su palacio le preguntó al carcelero “Hace ya un año que encarcelé a mi visir. ¿Sabes algo de él?”.

El carcelero contestó:” Si, mi Rey, está todavía en el cárcel.”

El Rey le ordeno:” Sácale de ahí y tráele ante mí.”

El Rey le contó todo lo que había pasado y dijo: “Amigo mío, espero que me perdones por haberte encarcelado tanto tiempo. Tu tenías razón, no hay mal que por bien no venga.”

El Visir contesto:” No te preocupes mi Rey, no pasa nada. Al final todo ha salido bien.”

El Rey se sorprendió: “Pero, ¿cómo puedes decir que todo está bien? Por mi culpa llevas un año encerrado, viviendo mal, y sin ver el sol!”

El visir sonrió y dijo: “Mi Rey, todo lo que dices es verdad, pero si no hubiera pasado esto, yo hubiera estado contigo en este viaje, y ó me habría ahogado o me habrían comido los caníbales. Encerrándome, me has salvado la vida. Disparándote por accidente, te he salvado la tuya. Así que, no hay mal por bien que no venga.”

Desde entonces el Rey entendió que uno siempre tiene que hacer el bien y cuidarse a uno mismo y a los demás. Pero a veces cuando hay una mala situación o pasa algo que no nos gusta, será seguramente porque “no hay mal por bien que no venga!”

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